Valladolid se prepara para las mejores rebajas de los últimos años: más tallas, mejores precios

«Que haga calor, que haga calor», implora Jesús Herreras de las tiendas Lemon y Marta y Mere, vicepresidente de Fecosva también mientras prepara cartelas, etiquetas, escaparates varios para este periodo de rebajas que se avecina, que ya está, desde este viernes, a la vuelta de la esquina, a golpe de cartera. El comercio se prepara para uno de sus picos de actividad y sí, lo hace encomendándose a la meteorología después de un semestre que no ha sido especialmente generoso con el sector.

Pero, ¿tanto influye el tiempo?

Claro que influye. Este año ha venido el tiempo cambiado. El invierno no ha sido muy frío y eso complicó las rebajas de invierno. Y luego, hemos tenido un inicio de junio bastante fresco, una primavera con lluvias. El calor ha llegado de repente y muchos clientes deciden esperar para hacer las compras en rebajas.

La normativa ya no es estricta en fechas y desde 2012 deja libertad para fijar los periodos de descuentos.Hoy mismo (y ayer, y la semana pasada) es posible encontrar vitrinas y locales que anuncian ofertas del 30%, del 40%, del 50%... pero la tradición (y es algo que respeta la mayor parte del pequeño comercio) dice que el descorche de gangas se hará este viernes, 1 de julio.

Y con las mejores perspectivas. Puede ser el mejor verano de rebajas de los últimos años. Lo apuntaba el lunes la empresa de recursos humanos Adecco, que preveía la contratación de 1.600 personas para esta campaña en Valladolid, el 2,9%más que el año pasado. Dicen las agrupaciones de comerciantes que influye la percepción general sobre la situación política y económica.Y que la cosa está más tranquila. «Si no hay estabilidad, el cliente se retrae, no gasta, no compra», indican desde Fecosva.

Sobre todo, los jóvenes

Ahí están los datos de la encuesta que Avadeco ha pasado a sus asociados. El 61% confía en incrementar sus ventas estos días (la media dice que será el 6% superior).El 28% defiende que se mantendrán y solo el 11% de los encuestados prevé menos actividad que la temporada anterior. Con la calculadora en la mano, desde Avadeco auguran una facturación general de 38 millones. Para ello, tienen en cuenta que tres de cada cuatro vallisoletanos se dejará algunos euros en estas rebajas. Y la experiencia revela que son los jóvenes quienes más suelen aprovecharse de ellas. «La crisis sigue afectando, el clima económico no da para muchas alegrías», reconocen en Avadeco, pero esperan «una reactivación del consumo privado, muy penalizado durante los últimos meses por la incertidumbre política».

Así que ha llegado el momento de equiparse con bermudas, blusas, bañadores, trajes y vestidos varios. «En nuestra ciudad, son más importantes las rebajas de invierno. La estación de frío es más larga, se compran muchas más prendas (llevamos más capas) y un jersey suele costar más que una camiseta», explica el vicepresidente de Fecosva, quien matiza que esto se compensa por otras vías, como los trajes de fiesta para bodas. En cualquier caso, recuerdan los comerciantes, las ofertas no alcanzan solo al textil y al calzado, sino que otro tipo de sectores también dependen de una buena temporada de rebajas. «Imagina las tiendas de deportes, las que venden productos de cámping, tiendas de campaña. Si hace malo, puede que no vendan tanto porque la gente sale menos», explica Herreras para reforzar esa idea de que sí, el tiempo importa.

También en los barrios

«Las grandes cadenas de ropa textil son las que tienen mayor demanda durante los primeros días», apuntan en Avadeco pero, a continuación, añaden que «es el comercio independiente, que en general oferta artículos de marca, el que a lo largo de la campaña ofrece mejores oportunidades». Y no solo en el centro. «¡Atención a los barrios!», dicen las asociaciones de comerciantes como si las letras fueran de neón. Hay rebajas más allá del casco histórico. Y merece la pena conocerlas. Es lo que defiende Carlos Martín, de la tienda Max Marti, cuatro años en la avenida de Palencia.

«La Rondilla es un barrio con unos clientes fieles;la gente compra en la zona... pero los jóvenes no tanto.Ellos suelen ir a los centros comerciales y ahí es difícil competir». Pero se intenta. Cuenta Martín que la oferta del pequeño comercio es amplísima. «El mismo traje, la misma marca que en el centro te cuesta 300 o 400 euros, lo puedes encontrar mucho más barato en un barrio». Trabajan, durante todo el año, apurando mucho el margen y tal vez por eso las rebajas no sean tan escandalosas en titulares como en el centro, pero el precio final esgrimen es muy atractivo.

Miguel Jiménez abrió Anmi Moda hace 12 años en la avenida de Segovia (Delicias) y se muestra rotundo ante las que serán, seguro, dice, unas «muy buenas rebajas». Insiste en que la temporada ha sido irregular, lo que apunta a unas rebajas atractivas para el cliente:más variedad en tallas, colores, mayor surtido que otros años. «No sacamos producto atrasado, como hacen algunas grandes cadenas. Y luego está la garantía de que vas vestido distinto, sin la misma ropa de todo el mundo». Palpa Miguel un resurgir del comercio de proximidad: «Hemos vivido años muy difíciles. Paseabas por la calle, veías locales vacíos y te preguntabas si tú serías el próximo. Creo que la gente se acerca de nuevo a las tiendas de barrio. Ofrecemos buen género, mejores precios, atención personalizada...».

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