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José María Díaz Díaz
Lunes, 20 de octubre 2014, 11:21
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Tras el trágico accidente ocurrido en la noche del sábado en las proximidades de Torquemada, que dejó un balance de tres muertos y 26 heridos, cuatro de ellos de gravedad, la Guardia Civil trata ahora de determinar las causas que provocaron el siniestro, investigando la actuación de los dos conductores, ya que existen algunas dudas sobre las circunstancias que condujeron hasta los hechos, aunque en principio no se ha detectado ninguna irregularidad.
Los agentes tratan de determinar las causas por las que el conductor del primer autobús redujo súbitamente la velocidad, así como otros aspectos relacionados con la distancia de seguridad o la atención con la que conducía el segundo de los conductores. Las primeras investigaciones desvelan que el accidente se produjo por alcance, cuando el vehículo que cerraba la marcha se empotró contra el primero. Pero no lo hizo frontalmente, sino que el conductor del segundo autobús pudo girar el volante, con lo que el impacto se produjo con la parte derecha, en la que viajaba el copiloto, que resultó muerto.
Algunos testigos han indicado que el conductor del segundo vehículo giró en el último momento al comprender que iba a empotrarse contra el primer autobús, aunque otros testimonios apuntan a que pudo haber una falta de entendimiento entre los chóferes, puesto que según relataban algunos de los viajeros podrían haberse puesto de acuerdo para que un vehículo cediera el paso al otro, aunque finalmente no llegaran a entenderse y fallaran en la maniobra.
La Guardia Civil tomó declaración a los dos conductores, además de practicarles la prueba de alcoholemia, en la que ambos dieron negativo. No se produjo ninguna detención y los dos chóferes pudieron continuar su viaje, con el resto de los viajeros, una vez que fueron atendidos por los sanitarios.
En el accidente resultó muerto uno de los conductores auxiliares, que en ese momento viajaba como copiloto del segundo autobús. Se trata de Manuel Silva, de 34 años, natural de Braga, que precisamente iba a casarse con la hija de otro de los chóferes, que también resultó herido. Otra de las víctimas mortales es Antonio Sousa Da Costa, de 66 años, procedente de Amarante, que se dirigía a Francia para una consulta médica, ya que había residido en el país galo durante muchos años. El tercer muerto es Antonio Pires, de 64 años, y natural de Boticas.
Los cuerpos de los tres fallecidos permanecen en el Tanatorio de Palencia, a la espera de la visita del forense, prevista para hoy, para que le sea practicada la autopsia, en el caso de que así se determine. La repatriación de los cuerpos se producirá previsiblemente durante la jornada del martes. A lo largo del día de ayer, las familias de los fallecidos fueron desplazándose hasta la capital palentina para reconocer los cuerpos y recoger sus efectos personales.
En cuanto a los heridos en el accidente, fuentes de la Junta de Castilla y León han informado de que a lo largo de la noche del sábado al domingo se llegaron a atender a 23 personas en el Hospital Río Carrión de Palencia, aunque la mayoría no precisaron de ingreso, y solo tres de los cuatro heridos graves permanecen todavía hospitalizados.
Uno de ellos, cuyas lesiones son de mayor alcance, es un hombre de 79 años que fue trasladado al Hospital Clínico de Valladolid en torno a las 9 horas de ayer. Permanece en la UCI con un politraumatismo cervical. Las otras dos personas heridas están ingresadas en la planta sexta del Hospital Río Carrión a la espera de ser intervenidos quirúrgicamente de varias fracturas en las piernas. Uno de los heridos tiene dañado el fémur, mientras que el otro sufre de traumatismos en los tobillos.
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