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Terraza de un negocio hostlero en la Plaza Mayor de Valladolid
Castilla y León pierde bares, pero gana restaurantes

Castilla y León pierde bares, pero gana restaurantes

El cierre de locales de bebidas aún no ha cesado, mientras los de comidas también sufren un ajuste en los últimos años

Ángel Blanco Escalona

Miércoles, 7 de diciembre 2016, 06:06

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En la actualidad hay en Castilla y León 1.903 lugares menos que antes de la crisis donde ir a tomar un café o una caña. Pero que no cunda la alarma, todavía quedan abiertos al público 12.927 establecimientos de bebidas, que sitúan a la región en lo más alto del podio de una hipotética competición de las comunidades autónomas en bares por habitante. Las estrecheces económicas de los consumidores en los últimos años han pasado factura a los locales de bebidas pero han indultado a los de comidas, cuyo censo es hoy mayor que hace ocho años. Curiosamente, la criba entre los bares ha sido del 12% con respecto a 2008, mientras que el auge de los restaurantes se sitúa también en el 12%.

Cuenta España con 172.495 establecimientos de bebidas, según el Directorio de Empresas del INE a 1 de enero de 2016. De ellos, se ubican en las nueve provincias de Castilla y León el 7,5%. Frente a este dato, los 2,47 millones de habitantes de la comunidad representan el 5,3%de la población española. El resultado es que la región disfruta de 52 bares por cada 10.000 personas, mientras que la relación media nacional es de 37. Pisando lo talones a Castilla y León en esta particular clasificación se sitúa Galicia, con 51 bares. En el extremo contrario Madrid es, con solo 28 locales por cada 10.000 habitantes donde ir a tomar algo y leer el periódico, la comunidad menos afortunada en este sentido.

La explicación a la superpoblación de tabernas, cantinas, tascas, cafés, cervecerías, pubs y ambigús en una región que se caracteriza por su despoblación y dispersión hay que buscarla precisamente en ese mismo hecho. De los 8.125 municipios que hay en España 2.248, es decir el 27%, se encuentran en Castilla y León. Y ¿qué es un pueblo sin su bar?

Desde 2008, todos los años se han saldado con menos bares que el anterior. Los peores fueron 2010 y 2013, cuando la pérdida ascendió al 2,6% en cada uno. Todavía en el último ejercicio, el INE registró una mengua del 2,2%. En la actualidad, 5.464 cantinas de la región (el 42% del total) tienen tabernero pero ningún camarero adicional. La crisis ha diezmado los establecimientos unipersonales en un 25%, y a todos los estratos por encima de los seis empleados. Han aumentado, por el contrario los que tienen entre uno y dos asalariados (4,5% más) y entre tres y cinco personas al otro lado de la barra (7,5%).

Pero si a la hora de aplicar los recortes al presupuesto familiar los bares han pagado parte del pato, con los restaurantes no ha sucedido lo mismo. Osí, pero con matices. En el año 2008 estaban censados en Castilla y León 2.124 restaurantes y puestos de comidas y en la actualidad el número es de 2.383. El balance es, así pues, de un incremento del 12,2% en la oferta de establecimientos culinarios. Pero no todos los años de la crisis han sido buenos; de hecho solo fueron buenos los primeros. En 2008 se abrieron casi trescientos nuevos restaurantes en la comunidad y en 2009, otros setenta. A partir de entonces comenzó el ajuste y en los cinco años siguientes se produjeron saldos negativos, si bien más moderados que en el caso de los bares y cafeterías. ¿Ha sido mayor el apretarse el cinturón a la hora de salir a tomar algo que a la hora de salir a comer y/o cenar? ¿O tendrá algo que ver el hecho de que, según datos también del INE, los salarios altos de Castilla y León subieran el 11% en los cinco peores años de la crisis, mientras los bajos perdieron el 9%?

Según se explica en La Alimentación en España 2016 de la empresa pública Mercasa, tras varios años de pérdida de peso en el consumo de alimentos y bebidas debido, entre otros aspectos, a la reducción de la renta disponible y las perspectivas laborales negativas, en 2015 el sector de la restauración ganó en España 53,8 millones de visitas y vio aumentar las ventas en 385 millones, con un gasto medio por ticket de 4,85 euros.

El consumidor «ha relajado sus restricciones presupuestarias» y el sector está apostando por «acercarse al cliente (reservas on line y localizaciones estratégicas), flexibilizar su oferta (menús variados para niños, consumidores con problemas de salud) y ofrecer la opción de llevar a casa a un precio atractivo», señala Mercasa.

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