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El director José Luis Temes.
Las memorias musicales de un maestro lúcido

Las memorias musicales de un maestro lúcido

El director José Luis Temes recopila anécdotas de 40 años en una profesión que vive desde el podio, el estudio de grabación y el ensayo histórico en ‘Quisiera ser tan alto...’

Victoria M. Niño

Martes, 6 de octubre 2015, 13:36

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Lleva cuatro décadas estrenando música española, de la que escriben sus contemporáneos y de la que compusieron nombres enterrados por el poco apego nacional a la partitura larga. José Luis Temes, que ha percutido, dirigido, arreglado, estudiado, analizado y explicado música, plasma en el libro Quisiera ser tan alto... una suerte de recuerdos profesionales que destilan lo mejor. «Lo menos grato, queda olvidado», dice el maestro madrileño.

Su deseo de ser más alto viene por la condición contrapicada de su mirada azul que no ha interferido en la visión lúcida, «optimista-realista», dice, de la cultura y la música en España. El Premio Nacional de Música de 2008 no hizo una carrera «deslumbrante» dice como su admirado Frühbeck de Burgos, pero sí decenas de amigos, 106 discos y 350 estrenos dirigidos. A partir de ahí escribe sus recuerdos sin más orden que la evocación. Comenzó al frente del Grupo de Percusión Madrid (1976-1980), con el que recorrió España difundiendo el repertorio de vanguardia y alcanzando sus cotas más hilarantes en la gira que llamaron operaciónZambomba. Las anécdotas de aquellos millares de kilómetros determinan el estoicismo y el humor que acompañan a Temes. Se puede dormir sobre dos marimbas, lograr instrumentos in extremis antes del concierto y callar a petición del deán, único público en la catedral de Teruel.

«Nos pasaron cosas increíbles. En Alcalá de Guadaira no nos dejaban marchar, tocamos cuatro horas y luego un maestro nos pidió que le enseñáramos cómo se escribía la música de Stockhausen en una pizarra. También hubo dos ocasiones en las que localicé la salida de emergencia porque pensé que no salíamos vivos entre los sesudos melómanos de las sociedades filarmónicas». Estuvo al frente del Círculo de Bellas Artes (sobre el que escribió un ensayo) entre 1983 y 1995 y fue el segundo de Tomás Marco en el Centro para al Difusión de la Música Contemporánea.

Por su libro se suceden nombres mayúsculos de la música y de otras artes. Entre ellos, varios de Castilla y León, cuyas obras grabó. Es el caso del leonés Evaristo Fernández Blanco o el vallisoletano Luis de los Cobos. Suyo es el tesón que hará posible el estreno de su sinfonía póstuma quizá el próximo junio en el Calderón. «El caso de Cobos es paradigmático. Muerto hace tres años y nadie ha movido un dedo», dice el maestro. «Los programadores no atienden a la música española contemporánea escudándose en la falacia de que no interesa al público. Los gerentes quieren llenar y están dispuestos a hacer antes una Segunda de Mahler que deje temblando el presupuesto que la música de su entorno. Claro que hay que hacer a Mahler, pero también atender a nuestro patrimonio musical». Temes no es derrotista. Celebra «lo mucho que hemos conseguido en este país en las últimas décadas. Se han hecho cosas bien, hemos pasado de tener 3 orquestas a 29, se acaba de inaugurar un AVE que acerca el norte de España, no podemos pensar que todo está mal. Lo que sí hecho de menos mirando atrás es la figura del intelectual curioso. En los setenta aquello era snob, para bien o para mal había curiosidad». En cuanto a la música contemporánea «estamos igual o peor que entonces. Hoy la programación está en manos de gerentes no de directores artísticos. Por otra parte, tenemos a nuestra disposición una cantidad ingente de información pero eso no redunda en conocimiento. Hay cientos de versiones de los cuartetos de Bártok en Youtube, que en los 80 era dificilísimo conseguir, y la facilidad actual no se ha traducido en que sean más conocidos». Si mira su propia trayectoria, hizo estrenos de Berg o Webern hace tres décadas que no se han vuelto a tocar. Federico Sopeña, Marcos Castán o la Sinfónica regional son otros nombres que unen al maestro a Castilla y León. Publicado por Ediciones Línea, Quisiera ser tan alto... es un recomendable viaje por la música española.

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