Borrar
Eduardo Torres-Dulce, hace un año, en la biblioteca del Palacio de Justicia de Valladolid.
Torres-Dulce dice 'adiós, muñeca' a la Fiscalía General del Estado

Torres-Dulce dice 'adiós, muñeca' a la Fiscalía General del Estado

La crisis secesionista de Cataluña pasa factura al veterano fiscal y reputado cinéfilo, que participó hace dos meses en un desayuno en el TSJ de Castilla y León y aseguró a El Norte que no iba a dimitir por el 9-N

M. J. Pascual

Jueves, 18 de diciembre 2014, 12:28

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Hace dos meses lo negó, pero al final resulta que Eduardo Torres-Dulce (Madrid, 1950) no es Philip Marlowe y tras semanas de vapuleos desde todos los frentes ha tenido que despedirse del único cargo que le ha puesto en entredicho, a pesar de todo su apasionamiento. El Fiscal General del Estado aseguraba el 14 de noviembre a preguntas de El Norte de Castilla, en un desayuno informativo que protagonizó en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León que no pensaba dimitir ni se sentía presionado por quienes le reprochaban la tardanza en tomar una decisión respecto de la querella anunciada contra la Generalitat por la convocatoria de la consulta ciudadana del 9-N. Entonces negaba la mayor: haber recibido presiones porque sus «tiempos de respuesta» no coincidían con los del Gobierno. Eduardo Torres-Dulce, insistía en que era el TSJ de Cataluña el que tenía que actuar, «porque cada maestrillo tiene su librillo y yo tengo el método de dejar trabajar a los fiscales. Ahora son los de Barcelona los que tienen que pronunciarse». Y se pronunciaron.

Durante un mes, el que ha sido máximo jefe del ministerio público español desde diciembre de 2011 hasta hoy, ha negado por activa y por pasiva que se hubiera producido un amotinamiento en las fiscalías catalanas, pero lo cierto es que la patente insubordinación en su casa, donde no ha sido capaz de poner orden, sumado a la pérdida de confianza del Gobierno en su gestión, han precipitado su caída. Y, a la recíproca, el descontento de Torres-Dulce por promesas legislativas rotas, como la de sacar adelante la reforma que permita a los fiscales liderar la investigación en los procesos criminales en lugar de los jueces de instrucción, es otro de los «motivos personales». Ahora, si regresa al Constitucional como anuncia para continuar su carrera de fiscal en activo, tendrá más tiempo para cultivar su otra pasión, ser crítico de cine, y dejar de protagonizar otras películas que no han tenido para él un final feliz.

«Nadie puede seguir siendo honrado aunque quiera. Ese es el problema con este país. Te quedas con el culo al aire si lo intentas». La cita es de 'Adiós, muñeca'. Raymond Chandler. 1940.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios