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Á. BLANCO
Miércoles, 23 de abril 2014, 15:49
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En 2013 se registraron en España 459.500 accidentes laborales que causaron baja, 11.700 menos que en 2012, lo que representa un descenso del 2,5%. A pesar de este descenso de siniestros, la tasa de incidencia, que mide el número de accidentes por cada 100.000 trabajadores, aumentó debido a la caída de la ocupación. Según un estudio de la empresa de recursos humanos y trabajo temporal Randstad, con motivo del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo que se celebra el próximo lunes, día 28, la Comunidad Valenciana, Cantabria y Castilla y León son las regiones que registraron una menor siniestralidad laboral, con una incidencia respectiva de 2.170, 2.286 y 2.411 accidentes que conllevaron baja por cada 100.000 trabajadores ocupados. En el lado opuesto se situaron País Vasco, Baleares y Asturias, todas ellas por encima de los 3.100 accidentes con baja por cada 100.000 trabajadores.
A nivel nacional, en 2012 este índice de incidencia se situó en 2.849, una cifra que creció hasta los 2.869 en 2013, lo que supone un aumento del 0,7%. El aumento a nivel nacional del índice de incidencia vino provocado, principalmente, por el incremento en determinadas zonas de la geografía nacional, como Aragón, donde aumentó un 5,5%; Madrid, 2,8%; y Castilla y León, 2,3%. Entre las regiones que experimentaron mayores descensos de este índice de incidencia destacan Cataluña, con una caída del 2,9%; La Rioja, 2%; Baleares y Extremadura, ambas con 1,7%.
El estudio aprecia diferencias significativas cuando se hace referencia a los diferentes sectores productivos. En este sentido, cabe destacar el descenso de la tasa de incidencia en el sector de la construcción, con una caída cercana al 8,8%, de 6.297 a 5.740 por cada 100.000 ocupados. En términos absolutos se pasó de 51.300 a 40.000, un descenso de 11.300 accidentes en 12 meses.
El sector industria también experimentó un descenso, si bien no tan pronunciado como el anterior. En este caso la variación se situó en el -1,2%. El ámbito de actividad económica de la agricultura, por su parte, aumentó su siniestralidad, al pasar de 2.400 por cada 100.000 trabajadores en 2012 a 2.846 en 2013.
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